Los cinco principios clave del método de Yoga

(en contraste a los siete principios de la práctica de las posturas de yoga)

1. SENSIBILIDAD A TODAS LAS ACCIONES Y A SUS IMPACTOS (AHIMSA)

Esta es al base indispensable de la práctica y enseñanza de yoga. Requiere que profesor y estudiante sean tan sensibles como sea posible. Esto se enfoca a través de la cualidad de sentir de la conciencia misma llevada a las sensaciones actuales que surgen en el cuerpo como impactos directos o indirectos de las acciones que se toman. Impactos directos son aquellas sensaciones que surgen de intencionadas situaciones musculares en sí. Impactos indirectos son aquellas sensaciones y estados que surgen de la respuesta a estas circunstancias en tejido conjuntivo, huesos, órganos vitales, estados de sentir, energía, atención, pensamiento y conciencia. Inextricablemente ligados a sensibilidad están honestidad, apertura y generosidad: los cuatro en combinación permiten una estable y penetrante presencia mental. Estos cinco principios psicodinámicos constituyen la primera rama del yoga en cuanto a realización de unidad: no importa que técnicas se usen para ello.

2. HONESTIDAD EN AQUELLO QUE REALMENTE OCURRE ( SATYA)

Es honrado el darse cuenta de lo que está ocurriendo, está ocurriendo. Esto también envuelve, en asociación con la sensibilidad, el reconocimiento de si lo que realmente ocurre es beneficioso o no. Desde esta perspectiva si se necesita hacer una acción se hace: nada de lo que puede hacerse se queda sin hacer. De la misma manera si una acción que necesita hacerse no puede hacerse de manera efectiva no se hace: y las consecuencias de esto son honradas. Lo cual puede significar la sustitución por una acción diferente, un movimiento u otra postura que permitan seguridad y enriquecimiento. Estas acciones necesitadas permanecen en la categoría como verdaderas posibilidades, además de extender la categoría orgánicamente.

3. APERTURA A LO QUE REALMENTE OCURRE (ASTEYA)

Es honrado al practicar y enseñar sin agenda alguna excepto el estar presente a lo que realmente ocurre y a lo que es posible (satya). Significa soltar cualquier limitada intención específica y entregar la práctica personal y enseñanza a aquello que es orgánicamente posible, momento a momento. Esto descabala a la mente ambiciosa generando espacio para que honestidad y sensibilidad funcionen, y para invitar una profunda confianza en la integridad inherente de la vida funcionando a través de la inherente unidad de cuerpo , mente y espíritu.

4. GENEROSIDAD HACIA LO QUE REALMENTE OCURRE (APARIGRAHA)

Se honra, permitiendo que aquello que ocurre, ocurra tal y como es sin ningún juicio. Significa dejar ir inmediatamente cualquier evaluación de experiencia o acción, sin tan siquiera juzgar el hecho de que hayan surgido. Esto aquieta a la mente analítica, generando el espacio para que la apertura, honestidad y sensibilidad funcionen, como expresiones naturales de conciencia sin obstáculos. Al mismo tiempo debilita el hábito de identificación con experiencias y acciones, tan fundamental a la más profunda promesa del yoga.

5. ESTAR PRESENTE A LO QUE REALMENTE OCURRE (BRAHMACHARYA)

Se honra al cultivar la sensibilidad, honestidad, apertura y generosidad. Invita a que cuerpo y mente actúen y experimenten directamente completamente y libremente. Esto resuelve la habitual división entre cuerpo y mente en la luz de una conciencia clara que se expresa libremente en sus funciones naturales de presencia, generosidad, honestidad y sensibilidad. En esta luz, la inherente unidad de cuerpo mente y espíritu, o de ser humano, empieza a irradiar de forma espontánea y natural.

LOS SIETE PRINCIPIOS DE LA PRACTICA DE POSTURAS:

Estos principios son orgánicos, inherentes y pertinentes al funcionamiento natural del cuerpo humano, y a todas las formas de vida, así como lo son a la práctica de posturas de yoga. Son aplicables y necesarios a todas las posturas sin excepción y de su uso puede derivarse un amplio conocimiento tan irrelevante como aparatoso, y puede eliminar la necesidad de conocimiento anatómico estructural específico mas allá que el de la forma de las posturas

  1. SE SENSIBLE A LAS ACCIONES Y SUS IMPACTOS (AHIMSA)
  2. ENRAIZA LO QUE NECESITE SER ENRAIZADO
  3. ENSANCHA LO QUE PUEDA SER ENSANCHADO
  4. ALARGA LO QUE PUEDA SER ALARGADO
  5. SUAVIZA LO QUE PUEDA SER SUAVIZADO
  6. UTILIZA SIEMPRE EL MINIMO NECESARIO ESFUERZO MUSCULAR POSIBLE (PRAYATNASITILYA)
  7. PERMANECE SIEMPRE TAN ESTABLE Y RELAJADO COMO SEA POSIBLE (STIRAMSUKAM)

Estos siete principios funcionales están contenidos en el primero. Una profunda sensibilidad a acción y movimiento en el cuerpo los revelará. Cada parte del cuerpo (y el cuerpo como un todo), especialmente en su naturaleza articular, busca siempre la mayor estabilidad y libertad posible. Lo que significa que, dadas las limitaciones impuestas por la forma, acción y movimiento, las articulaciones siempre se establecen en una soltura tan estable como sea posible, las partes del cuerpo entran siempre en la relación mas efectiva posible. Estas posibilidades se debilitan y limitan por un habituado mal uso del cuerpo. Un mal uso que en parte surge por imitación en la niñez, pero sobre todo por intensa persecución de aspiraciones culturales.

Esto oscurece el funcionamiento natural de la inherente integridad del cuerpo. La fundamental e indispensable función de la práctica de las posturas de yoga es reestablecer movimiento y acción en la inherente integridad del cuerpo. Es un proceso de recuperación que se vuelve mas y mas efectivo cuando el conocimiento se va reemplazando por completo por la sensibilidad.

(Godfrey Devereux)